Soy licenciado en Filología, lo que en teoría significa que sé mucho sobre el idioma, pero en la práctica solo me ha servido para corregir ortografía en WhatsApp y escribir guiones sin faltas de ortografía (casi siempre).
Durante 10 años dirigí el Centro Promotor del Humor en Cuba, donde mi trabajo consistía en rodearme de comediantes, evitar que se quedaran sin trabajo y convencer al mundo de que hacer reír es una profesión seria (aunque suene contradictorio).
He escrito y producido publicidad para televisión y radio, lo que significa que he logrado vender cosas usando chistes, sin que nadie diga “¡qué descaro!”.
Además, me he presentado en varios países, como Cuba, Colombia, España, México, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y Estados Unidos, porque el humor no necesita visa (pero yo sí).
Algunas de mis obras han sido publicadas en volúmenes de comedia en Cuba, lo que confirma que no todo lo que escribo termina en un grupo de WhatsApp.
También he impartido conferencias y talleres sobre humorismo y guión en Cuba y Miami, tratando de que la gente entienda que la comedia no es solo contar chistes en una fiesta familiar.
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